jueves, 13 de noviembre de 2014

El retorno de Tamron (2ª parte)

En la entrada anterior sobre el Tamron SP 150-600 VC puse varias fotos realizadas con el objetivo pero en condiciones mucho más controladas que las que me suelo encontrar en la naturaleza así que hoy toca mostrar algunas cosillas realizadas ya en plena faena de campo. Al tratarse de aves en libertad e imágenes realizadas sin hide la verdad es que incluso los 600 mm de este objetivo se quedan cortos pero eso no es ninguna novedad ya que, como no suelo usar hide, simepre me encuentro con esa circunstancia e incluso cuando uso el 500 f4 con el 1,4X y la V1 tengo la sensación de que las aves están demasiado lejos en la mayoría de las ocasiones.
La mayor parte de las imágenes que acompañan a esta entrada están realizadas a 600 mm, f8 y al atardecer (y algunas con recorte) por lo que las condiciones de luz no son las más adecuadas para sacarle la máxima calidad al objetivo. Más aún si se considera que para conseguir una velocidad de obturación medio decente tengo que forzar mi agonizante D300 y usar ISO800 ó ISO1000. 
Los protagonistas de la primera serie de imágenes son tejedores cabecinegros (hembras y juveniles) y están realizadas en los arrozales del entorno de Doñana. Curiosamente, he fotografiado los tejedores de esta colonia en varias ocasiones y nunca se habían mostrado tan confiados como el otro día ya que incluso al bajar del coche buena parte de la colonia se posaba a 4 ó 5 m de dónde yo estaba.





En este detalle a tamaño real de la imagen anterior se aprecian los detalles que el Tamron puede llegar a resolver a pesar de que (no entiendo porqué) me encuentro una y otra vez que las imágenes que subo a blogger pierden muchísima calidad y aparecen bastante pixeladas y con artefactos de jpg.






Por último, un par de imágenes de gorrión moruno realizadas junto a la colonia de tejedores, la primera con un recorte muy importante (aproximadamente el 50%) y la segunda virtualmente a formato completo. 



Aún no he tenido ocasión de probar a fondo el objetivo para fotografía de acción, con buena luz (para no tener que andar justo de velocidad de obturación y no tener que recurrir a ISO muy altos) pero algunos vuelos que he podido hacer no acaban de gustarme demasiado en lo que a definición se refiere y creo que tal vez este sea uno de los puntos más débiles del Tamron. Aunque hay que ser honesto, tiendo a compararlo con los resultados que obtengo con el 500 f4 y eso no es demasiado justo para el Tamron. Otro punto en su descargo es que cuando decidí darle una oportunidad a este objetivo estaba buscando un zoom manejable que se portara bien hasta 400 mm (básicamente, una opción al Nikkor 80-400 que no tuviera un precio tan estratosférico) y la verdad es que las dos veces que lo he usado con aves ha sido tirando a 600 mm, con poca luz y en condiciones muy apretadas... lo cual da una idea de cuánto me sorprendieron los resultados a 600 mm que hice sobre sujetos estáticos.

Ojalá este Tamron tuviera algún tipo de bloqueo de distancia focal que me permitiera no pasar de 450-500 mm para aprovechar mejor su punto óptimo. En fin, tendré que acostumbrarme a no tirar de zoom demasiado... ;-) 

En la próxima entrada incluiré más imágenes de campo, muy diferentes a estas, y más próximas al tipo de fotografía para el que quiero usar este objetivo.

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